¿Qué deberíamos saber sobre la aplicación de Bótox?

Con casi 5 millones de procedimientos realizados en todo el mundo, la aplicación de Botox con fines estéticos se adelantaron a otros como el uso de ácido hialurónico, hidroxiapatita de calcio o ácido poliláctico. Desde hace casi diez años, la toxina botulínica, más conocida como Botox, se ha convertido en uno de los tratamientos más comunes para reducir las arrugas y rellenar las zonas faciales.

La toxina botulínica tipo A bloquea la liberación de acetilcolina a nivel de las terminaciones nerviosas colinérgicas periféricas mediante la división del SNAP-25, una proteína necesaria para la correcta fijación y liberación de acetilcolina de las vesículas situadas en las terminaciones nerviosas. 

Las aplicaciones de botox suele realizarse una vez al año. Los rellenos dérmicos basados la toxina botulinica son sustancias seguras y reabsorbibles cuyos efectos estéticos son reversibles. Los pliegues y depresiones del rostro, con la aplicación de estas inyecciones, recuperan volumen de una forma rápida y segura.

El uso de la sustancia fue aprobado originalmente en los Estados Unidos para su uso terapéutico por los oftalmólogos en el tratamiento de pacientes con problemas oculares que implican parpadeo constante y estrabismo. También ha sido utilizado por los neurólogos para combatir la hememia facial, y a partir de ahí se descubrió que al tratar el músculo, se redujeron las arrugas en esta zona de la cara. 

La aplicación de botox se realiza en los músculos faciales que queremos relajar y el ácido hialurónico se aplica directamente a la arruga. Las aplicaciones del ácido hialurónico son similares, pero no son las mismas. Como tratamiento de relleno, permite suavizar las arrugas faciales y rellenar otras zonas, como los labios.

Información útil sobre drogas, enfermedades, pruebas y tratamientos de la medicina tradicional y alternativa. La toxina botulínica se ha utilizado con seguridad durante varios años. La toxina botulínica es producida por la bacteria que causa la intoxicación alimentaria. La dosis administrada en las inyecciones es tan pequeña que la toxina no debería tener ningún efecto perjudicial.